domingo, 24 de agosto de 2008

Soy débil, demasiado. Y todavía no entiendo porque sigo acá, porque sigo esperando, esperandolo, algo que no va a llegar. Ejemplificado: fue como un tren, pero no uno normal, un tren que pasa una sola vez, y cuando no te subis en la parada justa por más que lo corras y lo corras y luches por alcanzarlo, y despues lo alcanzes ya lo perdiste porque esa ya no es la parada correspondida y eso me paso, por confiarme, por ilusionarme, por dejarme llevar y maquinar mi cabeza deje que "ese tren" siguierá de largo creyendo que iba a volver a pasar pero... otra vez, me volví a equivocar.

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